miércoles, 6 de octubre de 2010

43 DÍAS y 500 NOCHES


Mi amigo José Miguel acaba de llegar de Nueva York, apenas lleva dos semanas en España y no para de contarme sus nuevos proyectos al otro lado. Se dedica al marketing algo que muchos padres de mi generación no reconocerían como un trabajo de verdad.
Siguiendo los consejos de su asesor (americano) ha constituido una sociedad mercantil, Inc , en tan solo 2 días y en pleno funcionamiento para ejercer el comercio.
Frente a unas tapas (españolas) y cervezas le explico que a mediados del mes de Noviembre constituimos cinco amigos una mercantil, con un claro objetivo de lucro, tardando 43 días (las 500 noches es un homenaje al Gran Sabina) en finalizar todos los trámites.  Concluimos que algo ha debido funcionar mal, no puede ser normal sea necesario casi mes y medio para una simple sociedad limitada. ¡Nos tomamos otra cerveza!
Al día siguiente, leyendo el reciente informe Doing Business 2010(1) me doy cuenta que en España se tarda aproximadamente 47 días en tener operativa una sociedad limitada (frente a 13 días de media en la OCDE y 4 días en USA). Situando a nuestro país en la posición 146 de 183 analizados.
¡Miro al cielo y doy gracias pues mi experiencia ha sido más positiva que la media!
La facilidad en la creación de un negocio (ej. sociedad mercantil) es condición sine qua non pero no suficiente para el desarrollo económico de un país, pero sí es una señal destacada de la ventaja o desventaja competitiva con la que tiene que desenvolverse los emprendedores de un Estado.
Unido a la anterior tenemos que ser capaces de, entre otras cosas,
Fomentar, desde la más tierna infancia un espíritu emprendedor (huir y hacer huir a los escolares y universitarios de la búsqueda de la seguridad de un puesto de trabajo:  en las administraciones públicas).
Enseñar a perder el miedo al fracaso por el qué dirán, un resultado negativo es una EXPERIENCIA de la que se tienen que extraer conclusiones de futuro.
Incentivar la movilidad geográfica (en el plano académico y en el profesional).
Apostar definitivamente por una retribución ligada a la consecución de objetivos y no, muchas veces, por las horas de presencia en el puesto de trabajo (el problema vendrá a la hora de cómo definir los objetivos y medir los resultados, ¡pero eso será un debate posterior!).
Es verano, hace calor y ninguno de los dos salimos del asombro de lo que se recoge en el maldito informe. Seguiremos departiendo en torno a otra mesa, ¡camarero, la cuenta, por favor!.

Alicante 12 de julio de 2010
(1)   www.doingbusiness.org